domingo, 31 de enero de 2010

Agotado

Como imaginé nada más pisar aquella empresa, el trabajo era una auténtica mierda; no el trabajo en sí, pero sí las personas y la absoluta desorganización. Cuando llegaba a casa me daban ganas de llorar, porque en condiciones normales, años atrás, después de la entrevista nunca hubiera vuelto a pisar esa empresa… pero ahora, ahora tocaba aguantar.

Hasta cierto punto, aguanté. No voy a permitir que un trabajo me haga sentir peor de lo que ya me siento, sentirme solo y a la deriva rodeado de gente. No, gracias. Vuelvo a estar en paro, y en esta ocasión es casi definitivo. Estoy agotado; agotado de buscar, de encontrarme un caramelo en el horizonte y cuando llego ya se lo ha comido otro. Estoy bastante cansado de todo.

2 comentarios:

  1. " Cuando no hay nadie por quién llorar,
    cuando no se echa de menos nada,
    cuando se mira hacia atrás y todo es niebla,
    niebla de un tiempo que ya no es nuestro tiempo,
    cuadno miramos el presente como un pasado,
    es entonces cuando los límites concretos de una piedra,
    los buenos días de un campesino,
    el olor de los melonares en flor, el polvo levantado,
    por el coche de un amigo que nos llega
    de la ciudad como la lluvia de verano,
    el primer café, la primera copa, la tos de la mañana
    empiezan a tener sabor a miel
    y el día se anuncia entre los viñedos
    como un enorme punto blanco
    donde podremos escribir palabras olvidables,
    la alegría de encender el primer cigarrillo,
    de oler, con su veneno, la flor del humo,
    el ácido perfume de todos los recuerdos."

    (Dionisio Cañas- "recuerdos del humo")

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  2. Por fin un comentario jeje... gracias por el poema, está muy bien pero no me cambia el humor la verdad, aunque se agradece ;-)

    Saludos.

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