martes, 26 de enero de 2010

Como quien da un refresco

Ésta es una de mis canciones favoritas de Manolo García (una de muchas), y el azar quiso que sonara en mi ipod esta mañana, justo cuando estaba en el metro, rodeado de miradas perdidas, tristes, vacías y alguna que otra sonriente y alegre; rodeado de gente, mientras me sentía solo.




Me detengo en las miradas,
me escapo detrás.
Son como bandadas de grises palomas;
azules, rojas, de todos los colores.
Sólo busco refrescar estos calores.
Me detengo en las miradas.

Con los ojos que me miran
me puedo escapar,
sólo busco fijar esos vivos momentos.
Miradas limpias o pálidas miradas,
sólo busco alegrarme la mañana.

Te confieso que no atino
a encontrar la calma;
nada ansío más,
y es lo que menos tengo.

Se va el alma silenciosa
por la ventana,
detrás de algunos ojos azul sediento.
¡Ay! del que se enamora hasta en un desierto.
Dame descanso
como quien da un refresco.

Tu mirada vuela;
vuela, calma, vuela.
En las calles es una flecha
que alivia el tiempo de los poetas. (BIS*)

Me detengo en las miradas,
me escapo detrás.
Busco en ese mar de miradas perdidas;
azules, verdes, de todos los colores.
Son tan libres como libres son los hombres.
Me detengo en las miradas.

Que el amanecer me encuentra
siempre despierto,
que me desvela el hambre que de ti tengo.
Se va el alma silenciosa por la ventana,
se va detrás del lucero de la mañana.
Dame descanso como quien da un cigarro.

Tu mirada vuela;
vuela negra, vuela.
En las calles es una flecha
que alivia el tiempo de los poetas.

Tu mirada vuela;
vuela negra, vuela.
Es la flecha que hiere el tiempo,
que lo detiene, que lo hace espeso,
que lo detiene, que lo hace eterno.

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