¡Tengo trabajo!

Después de la multitud de entrevistas realizadas, y de rechazar constantes propuestas laborales basadas en comisión pura y dura, hoy puedo decir que ¡ya tengo trabajo!

Empiezo mañana mismo y estoy emocionado. He conseguido un fantástico contrato indefinido (bueno, lo llaman ‘de obra y servicio’, que viene a ser lo mismo hoy en día, y lo firmaré cuando acabe la formación por aquello de que cada cosa a su momento…) y durante las próximas dos semanas estaré ‘formándome’, que eso siempre suena muy bien.

Es una empresa seria, porque durante ese período de formación, de jornada completa, me van a pagar un par de euros por hora (para el café, el transporte, el periódico y que me sobre para esos pequeños gastos cotidianos), en lugar de pagar la formación de mi propio bolsillo, como creo que va a ponerse de moda próximamente. Además el trabajo está en Madrid, así que no está mal. Lo tengo a veinte paradas de metro y dos transbordos, pero por lo menos no tengo que coger el coche ni llegar a tener que usar el pasaporte para poder llegar a mi puesto de trabajo.

Bueno, creo que voy a dejarlo aquí porque hasta mañana no comienzo, y no quiero precipitarme y seguir dando detalles que desconozco, por aquello de no ser tan optimista por si hay algo malo y luego quedo mal.

Hoy, después de madrugar y recorrerme Madrid de una entrevista a otra, puedo irme a dormir con la satisfacción de haber encontrado un trabajo. Para que luego digan que los lunes son un mal día… el próximo lunes ya no será al sol, y espero que tampoco a la nieve, porque caminar por una ciudad helada es más peligroso que dejar un trabajo de mierda para buscar uno mejor.